La directora danesa Lone Scherfig.. EFE/Nacho Gallego

Scherfig reivindica su “máquina del tiempo” que conecta familias y generaciones de Chile


Valladolid, (EFE).- La directora danesa Lone Scherfig abre la 68ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) con la película fuera de concurso ‘La contadora de historias’ (2023), una carta de amor al cine y una “máquina del tiempo” con el que pretende conectar las historias de las familias de las minas de salitre chilenas con la actualidad.


Una realizadora que formó parte del movimiento Dogma 95 y del que aprendió que, “si se encuentran obstáculos en la película, se les puede dar la vuelta y convertirlo en una ventaja”, según explica en una entrevista con EFE en Valladolid.


Un largometraje que tiene en el desierto de Atacama uno de sus protagonistas en sus 115 minutos y que narra la historia de una María Margarita y su familia en la que la protagonista asume el papel de narradora de películas en el asentamiento minero en el que vive y que adapta una novela del chileno Hernán Rivera Letelier.


“Creo que la película puede hacer que el público conecte con aquel tiempo en Chile y que se identifique con los protagonistas, María Margarita [interpretada por Sara Becker y Alondra Valenzuela] o su padre, Medardo [Antonio de la Torre], porque la película también conecta a las personas en distintas épocas, es una especie de máquina del tiempo”, responde.

A caballo entre el español y el inglés


Una grabación que se ha hecho a caballo entre el español y el inglés en la que han necesitado de intérpretes y de la propia comunicación no verbal de Scherfig, que reconoce que sus años en Dogma 95 le enseñaron a “confiar más en los actores e intentar no controlar en exceso”.


Dogma 95 fue el movimiento cinematográfico que impulsaron Thomas Virterberg y Lars Von Trier y que, en una suerte de nueva ‘Nouvelle Vague’, buscaba reducir el cine a su esencia sin costosos decorados, una iluminación natural y centrada en las historias y el trabajo de las autores.

La directora danesa Lone Scherfig en Valladolid. EFE/Nacho Gallego


“En el guión original había una escena en la que la protagonista tenía que nadar, pero no había agua en la piscina, por lo que decidimos que caminara con el agua por las rodillas y eso es hermoso, porque se lee mejor su rostro y eso es dogma”, reconoce.


De hecho, estas premisas son las que llevaron a Scherfig a ganar la Espiga de Oro en la Seminci en la 46ª edición del festival con ‘Italiano para principiantes’ (2000), una comedia romántica en la que un grupo de personajes solitarios utiliza un curso de idiomas para relacionarse.

La presencia de la soledad


Un tema, el de la soledad, que también está presente en esta película, pero en la que la directora ha querido mostrar cómo el cine “une a la familia, al pueblo y ayuda a María Margarita a escapar”, aunque también muestra el lado negativo de la gran pantalla, ya que “alimenta los sueños” de la madre la protagonista, María Magnolia, que interpreta Bérénice Bejo, que va como “una polilla hacia la luz”.


“La soledad en está película creo que se ve en María Margarita es el personaje más inteligente y fuerte de la familia y ves cómo sobrevive por su experiencia y fortaleza”, asegura, para apostillar que, pese a la dureza en las condiciones de trabajo, especialmente para los mineros, “la gente tenía sus cines, sus colegios y sus piscinas”. EFE.