El dinero ganado en un concurso televisivo permitió hacer realidad el sueño de abrir una librería a Héctor Gómez. EFE/Ana Escobar

Los sueños culturales existen: abre una librería con el premio de un concurso televisivo

Loli Benlloch | València (EFE).- El dinero ganado en un concurso televisivo permitió hacer realidad el sueño de abrir una librería a Héctor Gómez, quien con motivo del Día de las Librerías reivindica la necesidad de que existan estos establecimientos, “cuantos más mejor”, porque contribuyen a que “a la gente le guste leer”.

“Soy una rareza en el mundo de las librerías: he podido montar la mía sin ser rico y sin pedir dinero al banco”, explica a EFE Gómez, quien tenía claro que con el dinero logrado en televisión quería montar una librería y a finales de julio, cuando otros se iban de vacaciones, abrió ‘Arribada’ en el centro histórico de València.

El nombre del local es un guiño a una de las preguntas que le permitió ganar el concurso ‘El círculo de los famosos’: la fiesta de Baiona (Pontevedra) que cada año conmemora el regreso de La Pinta tras el descubrimiento de América, una palabra que es igual en gallego que en valenciano, y que además remite “a llegar a un lugar, a comenzar algo nuevo”.

Héctor Gómez, con motivo del Día de las Librerías, reivindica la necesidad de que existan estos establecimientos, “cuantos más mejor”, porque contribuyen a que “a la gente le guste leer”. EFE/Ana Escobar

Una buena aventura

Gómez, de 40 años y que antes trabajaba de administrativo en la universidad, admite que se ha lanzado “a una buena aventura”, con la que rinde homenaje a su “yo” de hace una década, el momento en el que más ha leído y más ha disfrutado de la lectura, y cumple su ilusión de trabajar en algo relacionado con los libros.

Tras los primeros meses de andadura, transformado en un “hombre orquesta” que ha aprendido el oficio de librero mientras ejercía también de gestor, administrativo o relaciones públicas de esta diáfana librería ubicada junto al Mercado Central de València, asegura que le ha ido mucho mejor de lo que esperaba.

En su local se pueden encontrar editoriales pequeñas, literatura más independiente, ensayo comprometido con la temática de izquierdas, feminista o LGTBI, obra en valenciano y mucho libro infantil para dar servicio a “los lectores del futuro y del presente”, además de presentaciones de libros y clubes de lectura.

Huir del best seller

“Quería huir del best seller y de una librería sin mucha personalidad, para eso ya hay grandes tiendas muy cerca”, asegura Gómez, quien señala que el vecindario agradece que en una zona “tan turistificada y tan gentrificada como el centro se abra un negocio que no sea otra cafetería u otro local de alquiler de patinetes”.

La librería, de unos 80 metros cuadrados y con mucha luz natural, alberga unos 2.000 títulos, porque no quería un local “abigarrado” y porque al final “la gente siempre te pide el libro que no tienes, aunque cuentes con 50.000”, y se pueden conseguir para el día siguiente o a los dos días.

De momento no vende por internet, pues considera que su “ventaja”, si es que tiene alguna, es que la gente quiere visitar la librería como “un punto de encuentro”, hojear los libros, “charlar contigo un rato y que le recomiendes; una experiencia un poco más personalizada que comprar en una web y ya está”.

Héctor Gómez, en su librería, ‘Arribada’. EFE/Ana Escobar

La librería, cada día un desafío

Cambiar del trabajo de administrativo al de librero es como pasar “del día a la noche”, asegura el propietario de Arribada Llibres, pero se confiesa “encantado” de vivir a diario “un desafío nuevo”, de poder hacer lo que siempre ha querido, y con ganas poder continuar creciendo y mejorando.

Reivindica que cuantas más librerías haya mejor, porque es bueno que haya “pasión por los libros”, y valora mucho que la gente se gaste dinero en un artículo que no es “de primera ni de segunda necesidad” pero lo quiere tener, quizá porque en pandemia se vio que los libros “son mucho más importantes de lo que pensábamos”.

Admite que es un “privilegio” disponer del dinero necesario para montar la librería que le gusta -ganó 54.000 euros brutos en el concurso e invirtió 40.000 en este negocio-, donde le dicen aquello de “cómo se te ocurre abrir una librería hoy en día”, pero también: “qué valiente y qué alegría que lo hagas”.