Carlos Alberto Fernández |
Vigo (EFE).- De un imán de la parisina torre Eiffel en la nevera y una conversación entre amigos ha surgido en Cuntis (Pontevedra) una réplica de 17,5 metros que ha revolucionado las navidades de la pequeña aldea de Soutelo.
Oscurece en este pequeño núcleo pontevedrés y brilla cada vez más la torre. Unas treinta personas contemplan la construcción que el 1 de octubre comenzó a levantar Javier Loureiro, quien enseña, in situ, su obra mientras atiende por teléfono a EFE y, a la vez, soluciona algunos problemas técnicos con la iluminación de la pieza arquitectónica que ha tenido entre manos.
Aunque ahora monta andamios, matiza que toda su vida ha sido encofrador y ha elaborado los armazones de madera donde se vierte el hormigón para darle forma.
Visitantes hasta en autobuses
Cuenta que hace «seis o siete años» los vecinos empezaron a iluminar sus viviendas por Navidad y cada vez son más quienes visitan la aldea para ver las luces que han instalado, pero esta vez los visitantes se han multiplicado e incluso llegan en autobuses.

Con más atracción que el imán de la nevera, la réplica de la torre Eiffel asombra a quien la visita. «Es tal cual», afirma una mujer mientras se sitúa debajo de la construcción gallega. «Les hago entrar y mirar hacia arriba. Es espectacular», señala su autor.
Para él es «un lujo pasar por debajo» de su torre Eiffel para entrar en casa, un privilegio que -dice- «nadie más tiene en el mundo».
Confiesa que ni él ni los vecinos esperaban tanto revuelo, pero «este año la torre lo revolucionó todo».
Al principio la gente «pilló como cachondeo» su idea de levantar una réplica de la que el ingeniero Gustave Eiffel construyó para la Exposición Universal de 1889, pero cuando Javier empezó «con la madera -no hierro, como la original-, ya vieron que la cosa iba en serio».
No alcanzará los más de 300 metros de la parisina (decenas más con las antenas), pero sí superará los 20, aunque no estas navidades. «Faltan cuatro metros y para el año la acabo», precisa su creador.

Un anuncio en una plataforma de segunda mano
Después de haber comprobado que la torre tiene tirón, Javier ha tenido «otra ocurrencia», como él mismo dice: colgar el anuncio en una plataforma de segunda mano.
Es una prueba para el ser humano. «Si hay un loco que la hace, siempre hay un loco que la compra», reflexiona el creador de la réplica, que la ha puesto en el mercado en 30.000 euros con el deseo de que se quede en Cuntis, pero no en manos privadas, sino que sea el Ayuntamiento el que la compre.
No en vano, la torre se ha hecho viral y está poniendo en el mapa de la Navidad a este municipio pontevedrés que se encuentra a 25 minutos de Santiago y a 20 de la capital de provincia, conocido por sus aguas termales y sus restos arqueológicos, como los grabados rupestres que hay en sus montes.