Una imagen del río Bidasoa. FE/ J.J. Guillén

El declive de las poblaciones de peces en nuestros ríos, voz de alarma de que algo va mal

Ana Tuñas Matilla |

Navarra (EFE).- El mal estado de las poblaciones de peces que viven en nuestro ríos es voz de alarma de que algo va mal y de que, por tanto, debemos actuar para revertir la situación, pues de no hacerlo, sea lo que sea lo que lleva al declive de esas especies, acabará repercutiendo en el ser humano, especialmente en su salud.

Con el objetivo de conocer el estado real de poblaciones de peces migratorios, como el salmón, la lamprea o el sábalo, y comprender cómo les afectan el cambio climático o las presas instaladas en los ríos, investigadores de España y Francia usarán un sistema automatizado de seguimiento basado en cámaras.

Esta acción forma parte de Life Kantauribai, proyecto cofinanciado con fondos europeos que persigue demostrar los beneficios de renaturalizar los ríos con actuaciones en cinco cuencas del Golfo de Vizcaya: Oria y Urumea, entre Navarra y Guipúzcoa; Nive y Nivelle, entre Aquitania (Francia) y Navarra, y Bidasoa, compartida por las tres.

Seguimiento los 365 días del año sin estrés para el pez

José Ardaiz
El responsable de la Sección de Medio Fluvial del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente de Navarra, José Ardaiz EFE/ J.J. Guillén

Las estaciones de seguimiento automatizadas se instalarán en presas o azudes del Urumea (dos) y Bidasoa (una).

En ellas se usarán cámaras acuáticas equipadas con un software desarrollado ad hoc que permitirá identificar la especie de cada pez que atraviese las escalas de las presas (pasos construidos para que puedan remontarlas), en qué dirección va (subida o bajada), medidas, caudal y temperatura del agua a su paso, etc.

“Podremos controlar todo pez que atraviese la escala de manera individualizada y así tener un seguimiento en continuo los 365 días del año”, ha destacado el responsable de la Sección de Medio Fluvial del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente de Navarra, José Ardaiz.

En el Bidasoa, la estación se instalará en la presa de las Nazas (Navarra), la primera que se encuentran los peces al intentar remontar el río procedentes del mar.

Río Bidasoa
Una cascada en el río Bidasoa. EFE/ J.J. Guillén

La idea, sustituir el actual proceso de seguimiento, basado en la captura, sedación, medición y posterior suelta de ejemplares en la presa de Bera-Lesaka, una manipulación que provoca mucho estrés a los animales.

Además, colocarán antenas y sensores para reforzar el sistema de radioseguimiento que actualmente hacen del salmón mediante la colocación de radioemisores en el estómago de una veintena de ejemplares al año para conocer cómo se desplazan por el río.

Esto permite saber, por ejemplo, si una escala de las presas está obstruida, pues los peces permanecen en la zona varios días al no encontrar la señal de agua que les guía para subir; o en qué zonas del río les gusta más estar, ha explicado Juanjo Retegui, técnico de radioseguimiento de Gestión Ambiental de Navarra.

Saber en qué zonas les gusta descansar es importante para, entre otras cosas, protegerlas todo lo posible en el caso de que se lleven a cabo obras en la zona, como la ampliación de una carretera.

En busca de mejillón de río

Río Bidasoa
Una imagen del río Bidasoa. EFE/ J.J. Guillén

Por otra parte, buscarán especímenes vivos de mejillón de río o margaritifera margaritifera, “que todavía no hemos localizado en el Bidasoa pero que sabemos que está porque hemos encontrado conchas de ejemplares que han muerto recientemente”, ha añadido Ardaiz.

Mediante muestreos de ADN ambiental intentarán localizar primero zonas en las que pudiera estar presente y, posteriormente, las rastrearán con mirafondos en busca de ejemplares vivos.

JuanJo Retegui
Juanjo Retegui, técnico de radioseguimiento de Gestión Ambiental de Navarra, durante un encuentro con EFE. EFE/ J.J. Guillén

La importancia de los datos

Hacer un seguimiento continuado basado en datos es muy importante para ver cómo evoluciona una población en el tiempo, si va en aumento o en disminución y, en el caso de que haya problemas, poder analizar las causas de ese declive, ha subrayado el experto.

En el caso del salmón, los datos indican que “la tendencia a nivel global es que no lo está pasando bien” y que “las condiciones del cambio climático no favorecen a una especie a la que le gusta agua fresca”.

Esto es “una especie de alarma”. Si las poblaciones de peces que viven en nuestros ríos lo están pasando mal, “algo está pasando y tenemos que intentar remediarlo”, según Ardaiz, que ha señalado que los resultados de Kantauribai se podrán extrapolar a otras cuencas y servir para la búsqueda conjunta de acciones de mejora.

“Con proyectos como éste, podemos mejorar la salud de nuestros ríos, que al final es nuestra propia salud. Cuanto mejor sea el ecosistema que nos rodea, cuanto mejor esté estructurado, la calidad de vida para nosotros será mejor”, pues tendremos menos problemas de contaminación de las aguas o de calidad del aire.