Imagen de archivo de un campamento de refugiados de Ayorou, Níger. Níger, junto con Burkina Faso y Mali, forma parte de la región africana del Sahel Central, donde el terrorismo ha aumentado en los últimos años. EFE/ Issa Ousseini

El rechazo hacia Francia aumenta en el Sahel mientras empeora la inseguridad

María Rodríguez |

Dakar (EFE).- En los últimos años, un sentimiento de rechazo hacia Francia se ha ido exacerbando en los países del Sahel, a medida que empeora la inseguridad, generando puntos de inflexión como la ruptura de Mali con Francia o la decisión de Burkina Faso de revocar sus acuerdos militares con la vieja exmetrópoli.

Las protestas no han dejado de sucederse: el bloqueo de un convoy militar francés por jóvenes en Burkina Faso a finales de 2021, el saqueo de empresas francesas en Senegal en marzo de aquel año o manifestaciones con pancartas donde puede leerse “Francia, lárgate”.

Pero en esas pancartas también puede leerse “Viva Rusia”, lo que ocasiona un temor en Occidente de que estos países miren hacia el Kremlin, como ya ha demostrado la presencia del grupo paramilitar ruso Wagner en países como Mali y República Centroafricana (RCA) o las concesiones mineras a favor de empresas rusas en varios Estados.

Pasado colonial

Para entender de dónde procese este rechazo hacia Francia es necesario mirar hacia atrás.

“En las colonias inglesas había más autonomía, más respeto de las culturas africanas y un buen nivel de desarrollo económico y social, que no ha sido el caso de la mayoría de las antiguas colonias francesas”, explica a EFE la chadiana Josiane Djikoloum Darwatoye, analista y autora del libro “Análisis conceptual del sentimiento antifrancés en el Sahel: prevención del extremismo violento” (2021).

Tras las independencias, Francia mantuvo su influencia en la denominada “Françafrique”, “una alianza que ha beneficiado mucho a la clase política africana, pero no a las poblaciones que han visto siempre que esos presidentes corrompidos y dictadores eran sostenidos por Francia y muchos llegaron al poder con su ayuda”, advierte Darwatoye.

Esta analista tiene 26 años y sólo ha conocido como presidentes de Chad al mariscal Idriss Déby Itno, y a su hijo, el general Mahamat Déby Itno, quien sucedió a su padre.

“No podemos hablar de democracia en ese tipo de contexto y, sin embargo, (el presidente francés, Emmanuel) Macron fue el primer presidente en aterrizar en Chad cuando murió el mariscal (en 2021) y hasta ahora sigue apoyando la transición que dirige su hijo”, advierte la analista chadiana.

Intervencionismo militar

Para ella, “la gota de agua que ha colmado el vaso es que Francia ha estado varios años en Mali para luchar contra el terrorismo y el extremismo violento” y, sin embargo, esa amenaza no deja de aumentar.

La crisis de seguridad que vive el Sahel ha dejado muchas familias rotas. En la imagen, una mujer cuida de su nieto en Mali EFE/ Idrissa Diakité


Atiana Serge Oulon, director del periódico burkinés L’Évenement y autor del libro de investigación “Comprender los ataques armados en Burkina Faso”(2019), comparte esta opinión.

“Hay franceses que viven en Burkina Faso y no hay problemas. Es la política francesa la que plantea un problema para los burkineses y que se ha complicado y exacerbado a raíz de la situación de seguridad”, explica a EFE Oulon.

“Francia es una de las mayores potencias militares del mundo, y debería, al menos, detener la expansión (de la inseguridad).

Pero, a pesar de su presencia, a pesar de los medios desplegados, no hace más que extenderse y degradarse aún más”, agrega el periodista.

Darwatoye considera que algunos colectivos quieren sustituir a Francia por Rusia porque la población del Sahel está haciendo frente a muchos desafíos “y quiere una solución inmediata”.

“Cuando estás desesperado, todas las opciones son buenas”, remacha.

Discurso anticolonial

El pasado colonial de Francia sigue inflando los discursos tanto de activistas antineocolonialistas como de políticos africanos.
“El discurso anticolonial siempre ha existido. Además, en la historia cada vez que los gobernadores tienen problemas tienen tendencia a decir que es culpa de la colonización”, explica a EFE el periodista y escritor senegalés El Hadj Souleymane Gassama, más conocido como Elgas.

Elgas, que a principios de este mes publicó su libro “Los buenos resentimientos. Ensayo sobre el malestar poscolonial”, advierte que algunos conocidos activistas utilizan estos discursos fáciles, no completos y, a veces, complotistas, pero que funcionan, especialmente, entre la población que no tiene formación.

Estas ideas “fueron desarrolladas por pensadores muy respetados por el mundo intelectual”, remarca Elgas, al señalar que se trata de “una hermosa idea de base que se ha alejado completamente de la realidad porque todo gira en torno al odio contra la presencia extranjera”.

El Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas francesas, Thierry Burkhard (C), durante una visita a una representación de un pueblo saheliano en un recinto de la Academia Internacional para la Lucha contra el Terrorismo, ubicado en Jacqueville, sur de Costa de Marfil, en febrero de 2022. EFE/EPA/Legnan Koula

El lugar de Francia

Darwatoye cree que Francia debe convertirse en un socio con una relación ganador-ganador y escuchar.

“Francia podría haber evitado esa situación de ruptura de Mali y otros países de la región si se hubiera tomado tiempo para escuchar y aportar una respuesta adecuada a las preocupaciones”, subraya.

Oulon indica que “lo que la población reprocha es que las autoridades francesas tienen siempre esa tendencia a ser paternalistas, a pensar siempre que estamos en la época colonial, y a tratar a la gente de manera condescendiente”.

En opinión de Elgas, “Francia debe asumir que siempre ha hecho muy poco, asumir su pasado colonial y decir la verdad (…), defender sus intereses, pero respetando los códigos del mercado”.

“En África -concluye el escritor senegalés- Francia no es la solución, pero tampoco es el problema”.