Bilbao (EFE).- Miles de bilbaínos y donostiarras, así como numerosos visitantes de otras localidades, se han volcado en el retorno de la feria de Santo Tomás, después de dos años de parón por la pandemia de covid-19.
El buen tiempo y las ganas de fiesta han sido los principales aliados para la vuelta a lo grande de esta feria, que ha recuperado la normalidad.
Con una afluencia masiva de gente que se acercaba a los puestos de venta de hortalizas, conservas, frutas, quesos, miel, pan y pasteles, plantas, carnes y derivados, así como txakolí y sidra.

Pero el protagonista indiscutible de esta cita, tanto hoy como en todas sus anteriores ediciones, ha sido el inconfundible olor a chorizo y txistorra que servidos con talo, a un precio que ha rondado los 6,5 euros, alegraba el olfato, el paladar y el estómago de los asistentes.
“Nos volvemos a encontrar con los clientes de hace tres años, que han vuelto. Es una alegría observar que te recuerdan y que vuelven porque hay autenticidad”, comentaba en Bilbao Jose Txabarri, de las bodegas de Zalla, mientras atendía a quienes esperaban a degustar un txakolí con su gilda.
Mientras el ambiente festivo invadía el Arenal bilbaíno y largas colas rodeaban los puestos de talos, algunos baserritarras lamentaban que este año las ventas están siendo peores que las de 2019.
Nueva ubicación
Lo han atribuido a su nueva ubicación en el Arenal, donde este año se encuentran todas las casetas -238- por decisión de la organización, y también al incremento de precios por la inflación.
Urtxa Sarrioardia, encargada de un puesto de fruta y verdura, ha asegurado que la ventas están siendo “muy malas” pese a la muchedumbre que rodeaba su puesto. “Mucho paseo y pregunta pero poco gasto”, ha añadido.

Los más madrugadores de esta edición han sido los de Bisubi, una fundación de compuesta por cocineros que trabajan en Bizkaia con el objetivo mejorar la sociedad desde su profesión.
Desde las seis y media de la mañana treinta de sus cocineros han puesto carbón a las sesenta putxeras en las que han cocinado 5.000 raciones de alubias con sus sacramentos, con un precio de tres euros, que se destinarán a Aspanovas, la asociación vizcaína de familias con niños y adolescentes con cáncer.
San Sebastián, con la cerda “Roxaito”
En San Sebastián, miles de personas han inundado las calles del centro y la Parte Vieja de la ciudad y se han resarcido de los dos años sin esta feria.
La principal protagonista ha sido, una vez más, la cerda, “Roxaito”, un ejemplar blanco de 200 kilos, criado en Aizarnazabal, que se encuentra desde primera hora en un pequeño corral cubierto instalado en la Plaza de la Constitución, donde se arremolinan decenas de curiosos.
Alrededor de esta plaza de la Parte Vieja se han instalado 54 puestos que ofrecen gran variedad de productos tradicionales, pero quienes desean huir del punto neurálgico también tienen la opción de celebrar Santo Tomás en los diferentes barrios de la ciudad.
Entre la programación de eventos de este año, destacan la V Copa de Oro de Aizkolaris en modalidad femenina, la sesión de bertsolaris, talleres infantiles y los tradicionales concursos, como los de miel de Donostialdea, verduras, hortalizas y frutas, el de txistorra y el de espantapájaros. EFE
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